¿Alguna vez has dudado de tus capacidades? ¿Cuestionas tus logros? ¿No te crees merecedor? Tal vez estás atravesando por el síndrome del impostor.
Es normal que nos enfrentemos a ciertas dudas sobre nuestra carrera laboral, habilidades, responsabilidades, etc. Sin embargo, si a pesar de tener una carrera profesional exitosa, contar con logros y elogios comenzamos a minimizar todo considerando esto como “suerte”, tal vez estamos afectando nuestra percepción de nosotros mismos y a la larga podemos estar dañando nuestra autoestima.
Estos son los síntomas principales:
Lo más complicado de esta situación es que estás saboteando tu propio éxito inconscientemente, por esa razón es muy importante que te enfoques en detectarlo y poner manos a la obra para poder superarlo, te comparto algunos tips que me han funcionado.
Verbalizar el cómo te sientes sobre tus logros es un acto que te hará ver las cosas desde otra perspectiva, ver lo que has superado, que has logrado y sobre todo ver que eres capaz de seguir creciendo resulta algo inspirador. Comienza a hacer de esto un hábito que te ayude a ser más consciente de quién eres de una manera objetiva.
Aprender a ser paciente contigo mismo es uno de los retos más complicados, a veces queremos y deseamos que las cosas se nos den a la primera, pero hay que comprender que cada persona tiene un contexto, narrativa y habilidades distintas, cada quien tiene su proceso. Así que, ¡deja de compararte! Reconoce el camino que has atravesado y comprende que es solo tuyo, no vale más ni menos que cualquier otro, es único y valioso porque se trata de ti. Confía en que tu esfuerzo dará resultados.
Si ser paciente con nosotros mismos es difícil, ser amoroso y compasivo resulta aún más complicado, pesé a esto date cuenta que el intentarlo es un logro enorme que merece ser reconocido. Salir de tu cama, ir a trabajar, aprender algo nuevo es parte de tu crecimiento, así que deja de lamentarte y comienza a cambiar la perspectiva, una pequeña acción por diminuta que parezca, puede ser ese empujón que faltaba para lograr lo que tanto deseabas.
LEE MÁS: ¿Cómo lidiar con el agotamiento emocional y mental?
Gracias por leer, te quiero mucho.